¿Consideras que hay un punto medio entre el optimismo y la ingenuidad?
Tal y como se percibe en el fragmento leído en clase, es una obra fundamentalmente dialogada, incluso podría hacerse una dramatización. Además se ven guiños a la novela bizantina, pues está inspirada en ella.
Si analizamos el fragmento poco a poco, notaremos una gran apertura mental y cosmovisión avanzada del autor, debido a que muestra a una persona de otra cultura sin ridiculizarla, sino que Cándido se muestra muy respetuoso, le halaga, e incluso está dispuesto a aprender de él. Esto se puede ver, por ejemplo, cuando le halaga y le pregunta sobre su éxito:
“...-Sin duda que tenéis -dijo Cándido al turco- una vasta y magnífica posesión.
-Nada más que veinte fanegas de tierra- respondió el turco- que labro con mis hijos; y el trabajo nos libra de tres insufribles calamidades: el aburrimiento, el vicio y la necesidad.
Mientras se volvía Cándido a su granjita iba haciendo profundas reflexiones en las razones del turco…”
Esta actitud de apertura mental era vital en el siglo XVIII, a diferencia de épocas anteriores, en las que eran menos tolerantes y abiertos. A medida que va comenzando el Renacimiento, pero no es hasta el siglo XVIII ni hasta el arte del siglo XIX donde eclosiona el Romanticismo, que llega a saltarse la estética, con actitud desafiante y con esta apertura mental.
Para finalizar, resulta imprescindible hablar sobre el significado y origen de la palabra “cándido/a”. En primer lugar, el origen de esta palabra viene de esta obra, ya que se utiliza para designar a la gente ingenua o demasiado optimista que siempre ve “el vaso medio lleno”, es decir, que siempre ve algo positivo en lo que le acontece, por ello se utiliza para este personaje. Cándido, es además racionalista, lo cual le hace pensar que todo ocurre por algo. Este manera de pensar del personaje se puede ver en fragmentos como el siguiente:
“Todos los sucesos están encadenados en el mejor de los mundos posibles; porque si no te hubieran echado a patadas en el trasero de un magnífico castillo por el amor de Cunegunda, si no te hubieran metido en la Inquisición,(...), no estarías aquí ahora comiendo confite de cidra y pistachos.”
Su autor, Voltaire, era un escritor y filósofo francés que perteneció a la francmasonería y es también uno de los principales representantes de la Ilustración. Además fue elegido miembro de la academia francesa.