14 nov 2022

Ana Karenina - Leon Tolstoi

 ¿Son las sonrisas siempre buenas? ¿Crees que las necesitamos siempre?

Todo por aquella necia sonrisa! (...) ¿Qué hacer, qué hacer?"


    Anna Karenina es un clásico de la literatura rusa, escrita por Leon Tolstoi y representante de la novela realista rusa. Además, como bien explicó una compañera mía en su exposición de la semana pasada, el más adelante libro se empezó a publicar en forma de folletos en el año 1875, en la famosa revista "El mensajero ruso". Pero no fue hasta 1877 cuando se publicó su versión en novela. 

    Es esencial mencionar que es una novela profundamente compleja donde se recorre los misterios del alma humana. Nos muestra todos las emociones y sentimientos respecto a los personajes, con altibajos constantes en sus penosas pero apasionantes vidas. La parte curiosa es el tratar descifrar esos comportamientos repentinos que hacen las figuras, sobrepensado el cómo planificar sus tomas de decisiones, justificaciones de sus actos o conceptos amorosos. 
    Me gustaría añadir que considera una obra totalmente dedicada al significado de la vida, sobre lo que es justo o no, sobre lo que está bien o mal, el sufrimiento y la felicidad abundan por igual las líneas del libro.
    Trata temas importantísimos incluso en aquella sociedad liberal, como la traición, la familia, la fe, etc.  Además de que están hechos con un estilo realista y creativo que respectivamente nos hace identificarnos con lo que narración.

    Lo más interesante suele ser el principio de la novela, donde en casa de los Oblonsky todo estaba revuelto. La esposa se acababa de enterar de la 
infidelidad de su marido con la institutriz francesa y quería declararle el dejar de vivir con él. Esta situación era tan dolorosa que su vida en común ya no tenía sentido, todas las personas que vivián en aquel hogar estaban apagadas, no había alegría. Más tarde, unos días después, ya por la mañana, el señor Oblonsky no se despertó en su dormitorio sino en su despacho y tras mucho pensar porqué estaba allí se le iluminó el rostro: anoche encontró a su mujer tendida en la cama con esa carta en la mano. Reproches y broncas le cayeron por aquella bella Dolly, la niñera con la que se había acostado. Nada salió de su boca, nada más que un gesto, una sonrisa que torturó a su mujer de la que más tarde se arrepintió.

    Tan sólo con leer este pequeño resumen del primer fragmento de la novela nos causa curiosidad, como habiendo hecho esas cosas a escondidas a su mujer su única respuesta pueda ser una sonrisa, debió desplomarse, todo debió haberle parecido una pérdida de tiempo a la mujer... Además de Anna, la hermana de Esteben Oblonsky, tener que acudir a semejante casa a intentar aliviar sus problemas...