¿Qué harías si de repente un gigante apareciera en tu ciudad?
« Cuando abrí los ojos, me encontraba aturdido. Estaba tendido boca arriba sobre césped húmedo y blando, pero no podía mover los brazos ni las piernas. Los tenía aferrados al suelo, atados con cuerdas y pequeñas estacas. Solo podía mirar hacia arriba, y el sol comenzaba a cegarme. Escuchaba sonidos difusos y pronto noté moverse algo por mi pierna. Siguió avanzando por mi pecho y llegó a rozar mi barbilla. Intenté inclinar hacia abajo la cabeza y vi a un hombre diminuto, de unos diez centímetros, armado con un arco con flechas. Detrás de él, había cerca de cuarenta diminutos hombres como él. »
Este fragmento corresponde a la obra más popular de Jonathan Swift, Los Viajes de Gulliver. Se ambienta en el siglo XVIII, cuando un intrépido cirujano y capitán de barco inglés sufre un naufragio y despierta atado de manos y pies en una playa desconocida, rodeado con gente de no más de 15 centímetros.
De cierto modo, podemos identificarnos con Gulliver; está desconcertado y muy confundido con su alrededor. Es muy distinto a su mundo el que observa y el cual le parece algo inverosímil. Por otra parte, les resulta más que terrorífico y peligroso a los liliputienses el que un gigante se presente así en su hogar, puede ser una amenaza y obviamente tienen que preceder a tomar medidas de protección si deciden proporcionarle ayuda. Nueve normas se implantan para su convivencia temporal con el Hombre-Montaña. Lo hacen porque necesitan justificar el poder, de forma racional. Además, son muy ingenuos, le exigen cosas aún sabiendo que les puede destruir por su gran tamaño.
En resumen, nuestro protagonista se embarca en cuatro viajes en total: a Liliput, a Brobdingnag, Laputa y al país de los Houyhnhnms.
En el segundo, ocurre al revés, el diminuto es él, encontrándose en la isla de los gigantes. En el que no le aceptan, es más, le tratan muy mal y se acaba marchando.
Llega a Laputa, donde reinan la ciencia, pero sus habitantes son incapaces de ponerla en práctica. Por eso, se encuentra con la mismísima ciudad flotando en el cielo.
Finalmente, acaba en la isla de los Houyhnhnms, en los que las personas parecían animales, llamado Yahoos y los animales hablaban y se comportan como personas, caballos nombrados Houyhnhnms.
Gulliver logra volver a Inglaterra, su hogar y ya no ve nada como antes. Lo que ha vivido y visto le ha cambiado su forma de ver las cosas y a las personas e incluso termina conversando con los caballos de su establo.
De forma general podemos decir que esta obra nos intenta enseñar que no se debe juzgar a las personas de manera superficial, basándonos en las diferencias en vez que en lo que nos une como seres humanos. Nos transporta a diferentes mundos con distintas perspectivas que nos cautiva de una manera muy especial de querer visitarlos. Y sin ninguna duda, hay que reconocer que Swift es un escritor excepcional.